TRATAMIENTO DEL AGUA

           El agua transportada desde la Presa de Derivación del río Retortillo, situada a unos 36 kms. de Écija, es tratada previamente con permanganato potásico, en la Estación Elevadora Écija-1, situada a unos 25 kms. de la ETAP. Este producto, permite por oxidación, neutralizar el porcentaje excesivo de algunos minerales, como el hierro, manganeso..., a la vez que tiene como función, una primera eliminación de microorganismos. Ocasionalmente y en caso de sospecha de la presencia de algún otro contaminante químico (herbicida, pesticida...) se realiza un tratamiento primario, en la Estación Elevadora Ecija 2, mediante la dosificación de carbón activo en polvo, consiguiéndose su eliminación.

 

 

             Una vez el agua en la E.T.A.P. (Estación de Tratamiento de Agua Potable) se le realizan distintas fases para su potabilización: Pre-desinfección y dosificación de reactivos; decantación, filtrado y desinfección final.
            En la torre de repartición, el agua es sometida a una pre-desinfección, mediante la dosificación adecuada de cloro-gas, que eliminará todos los microorganismos nocivos para la salud. Así mismo, se le incorpora como reactivos: policlorosulfato básico de aluminio, que permitirá la coagulación, o agrupación de micropartículas y una opcionalmente una disolución de sosa, para regulación del Ph.

             Desde la torre de repartición, se distribuyen los caudales oportunos a los distintos decantadores de la planta, donde se somete a un complicado proceso, que comienza por la unión de pequeñas partículas en la cámara de reacción. El agua, en esta parte del decantador está continuamente en suave agitación, formando “flóculos” y facilitando la agrupación de los mismos.
            Desde la cámara de reacción y como consecuencia de su mayor peso, estos “flóculos” van depositándose en el fondo del decantador.
            El agua sin concentración de partículas, asciende a la superficie del decantador y es recogida por diversos canales que la conducen posteriormente a la zona de filtrado.

 

 

           Los filtros compuestos de varias capas de arena de diversa granulometría, realizan la función final de separar del agua, las pequeñas micropartículas que la decantación no haya completado. Esta filtración del agua (por gravedad) a través de la arena, pasa por unas piezas o “boquillas” especialmente diseñadas que permiten su paso en un sentido y, en el proceso de limpieza de los filtros facilita la circulación en sentido inverso de aire y agua tratada.
 
            El agua filtrada, totalmente cristalina, sin olor, ni sabor, es tratada en la arqueta de cloración final, en la que se ajusta la desinfección oportuna para su almacenamiento y traslado a las poblaciones.